Por Alejo Paredes y Francisco Fernández Mendy
Hollywood, Los Ángeles, es la cuna de la industria televisiva y cinematográfica de Estados Unidos y la mayor referencia en el mundo dentro de ese mercado, siendo considerado el símbolo del entretenimiento más importante del globo terráqueo. Sin ir más lejos, es la casa de las mayores productoras de cine en el mundo, como lo son Disney, Paramount y Warner, y el sueño de todo cinéfilo que desee jugar en primera división.
Ese es el presente de Alejandro Gatti, oriundo de Ramos Mejía, ciudad de La Matanza, y un innovador al momento de realizar nuevos contenidos. "THE WRaiTER", su último cortometraje, es un fiel reflejo de esta última afirmación, ya que tiene en cuenta la llegada de la Inteligencia Artificial (IA) y las polémicas que tanto generó la misma dentro de la industria. Hay que remarcar que en la actualidad vivimos en un mundo cambiante, donde cada profesional -sobre todos aquellos que viven de esta industria- se enfrenta al dilema de incorporar estas tecnologías a su trabajo. Por ejemplo, una de ellas fue el nacimiento del famoso ChatGPT.
La aplicación especializada en la creación de diálogos generados por inteligencia artificial se transformó en un nuevo modelo de lenguaje que permite interactuar directamente con la información y recibir una respuesta completa, generada por una máquina. Ya existen precedentes de esta clase de herramientas, desde asistentes virtuales como Siri y Alexa hasta reconocimiento facial, sistemas de recomendación personalizados, conducción de automóviles autónomos, entre otros. Pero lo que nos convoca hoy, es el uso de esta tecnología para la creación de nuevas tramas, guiones y producciones completas en torno al mundo cinematográfico.
Esto, claro está, atenta contra el trabajo de cientos de familias. En la actualidad, el debate se encuentra mas caliente que nunca. Desde Hollywood vemos las repercusiones del paro Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA), cuyo acuerdo final contempló los pagos residuales por el "streaming" y las protecciones ante el uso de inteligencia artificial. Viendo hacia adentro, en la Argentina, la cultura vive uno de sus momentos más delicados y agitados en su historia, tras la desfinanciación y el cierre "transitorio" del INCAA provocados por la dura política de ajuste del gobierno encabezado por el presidente Javier Milei.
En medio de esto duro panorama dentro de la industria, BigBang dialogó con Gatti, quien supo sacar provecho de estas nuevas tecnologías y gracias a un guion desarrollado por ChatGPT, el director produjo el cortometraje "THE WRaiTER", una parodia que pinta de pies a cabeza el presente del mercado cinematográfico. "Creo que la manera de consumir ha cambiado muchísimo y el cine está transformándose en un lugar más de una experiencia y no un entretenimiento constante", explicó.
LA ENTREVISTA COMPLETA A ALEJANDRO GATTI
Sos de Ramo Mejía, pero hoy estás instalado en Los Ángeles.
- Exactamente, soy de Ramo Mejía y hace unos años se me dio la oportunidad de venirme a perfeccionar mis estudios acá, en realidad con la excusa de venir acá. Yo estudié cine y siempre quise venir a Hollywood. La verdad es que no me animaba a dar el paso y un día dije "bueno, es hora de venirme para acá". Allá en Argentina estaba trabajando con Enrique Piñeiro, renuncié y me vine para acá originalmente para estudiar un año, después eran dos y sabía que iba a ser un poquito más. Ahora ya son ocho años.
¿Cómo se dio este Alejandro cineasta?
- Mira, siempre estuve muy vinculado con lo que es el cine y la música, y de chiquito era muy fanático de este cine shampoo, de las comedias de los 90. Ese era el tipo de cine que me gustaba, ese era el tipo de cine con el que me sentía vinculado. Lo que pasa es que después vos entras a una escuela de cine y no van alineados estos dos tipos de cine. La película de La pistola Desnuda no está asociada con el cine francés de los 40. Entonces creo que un poco también por eso quería venirme para acá porque en definitiva era el género que me interesaba, era un género que acá se sigue haciendo y que en Argentina un poco menos. Aunque ahora está en realidad renaciendo también todas las comedias con varios directores y varios proyectos que están buenísimos. Bueno, División Palermo es espectacular.
¿Te costó dar ese paso? ¿Salir de ese lugar de confort, abandonar Buenos Aires, para probar suerte en otro lado?
- Dudas tenemos todos todo el tiempo y en todo lugar. Creo que a veces el empujón viene de los lugares menos esperados. Yo en ese momento en Argentina estaba en pareja, tenía unas oportunidades en España, entonces dije bueno, voy a España a juntar plata y después me vengo para acá. Al final no se dio así, sino que te digo, estaba en pareja, me había separado y me cruzo con un personaje muy lejano de mi familia y me dice como de la nada, random, le cuento que me separé y me dice: "¿Y qué haces acá todavía? Me acuerdo que en ese momento no pude contestarle y a los segundos corté la conversación y me fui al baño.
Necesitaba un momento de tranquilidad, de estar lejos de esta reunión familiar y me digo "yo me tengo que ir acá ya, en seis meses me tengo que ir". No sabía si me iba a ir a España, no sabía si me iba a ir acá, no sabía qué iba a hacer todavía. A todo esto, mi pareja se había mudado a San Martín de los Andes, mi ex pareja, vuelvo a hablar con ella y me dice "vos te tenés que ir a Estados Unidos. ¿Qué te vas a ir a hacer a España?" Me dice, "jugátela". Así que ya no tenía excusas. Lo postergué seis meses porque después me fui a buscarla a la Patagonia para irme con ella.
¿Cómo fueron esas primeras experiencias en Estados Unidos?
- Malísima, malísima. Cero soñado. Había tenido información muy mala de la gente que me había... o sea, me habían pasado presupuestos acá, todo lo que me costaba vivir, todo el doble salía. Y lo que pasa es que yo venía de Ramón Mejía, ¿entendés? Yo te hago todo, o sea, sí es verdad que me especialicé más en dirección, tengo un título de director de fotografía, actúo también y hago un montón de cosas más. Te limpio el set, si querés. Claro, entonces vengo acá y te dicen, bueno," ¿y vos qué haces?" Y acá viene gente de todo el mundo a jugársela y nosotros como argentinos siempre, los mayores argentinos que yo conozco, está apegado a Argentina.
Acá hay gente que viene de Rusia, de Ucrania, de Kazajistán o de donde sea y no tiene intención de volver nunca más a su país. Entonces son muy determinados y cuando te dicen vos qué haces, yo les digo "yo hago todo". Y eso al principio no les gustaba acá, o sea, acá vienen los mejores de esto, de esto, de esto, de esto. Ahí es como que tuve que un poco reencontrarme y decir, bueno, a ver, ¿qué quiero hacer yo? ¿Cómo me voy a presentar? ¿Quién es este Alejandro Gatti? ¿Cuál es la persona que voy a presentar? ¿Cómo me voy a presentar? Eso fue una limitación, pero después, cuando empieza el COVID, las producciones cambiaron.
Entonces necesitaban pocas personas en los sets y necesitaban o que una persona pueda hacer todo. Bueno, ahí es donde el valor, que antes era una contra, se volvió un asset, se volvió algo que tenía que exprimir, porque digo, esto es, hoy en día están buscando a un argentino. A partir de ahí las conexiones empezaron a cambiar un poco más y hoy como está el cine y como está la industria de la televisión y la industria audiovisual, se empezó a reconocer mucho más a la gente que tiene varios sombreros. Cuando yo vine para acá, yo pensé que eran todos Spielberg, y después te empezás a dar cuenta de que no.
Te das cuenta que acá en Estados Unidos y en otros países tienen un autobombo muy bueno. Nosotros en Argentina, los argentinos, a pesar de que siempre somos los engreídos de Latinoamérica o lo que sea, no nos presentamos como nosotros, no nos presentamos a nosotros tan bien, o sea, no sabemos vendernos tan bien. Para que te des una idea, cuando llegué acá, el vino chileno era súper conocido y yo sabía que el vino chileno estaba muy bien, pero el vino argentino es mejor y estaba totalmente desapercibido. Eso llevado a las personas. La verdad es que fue un poco aprender a vendernos, y a entender que, no son todos Spielberg acá.
Argentina no es un lugar que se considera hoy en día para ir a filmar, aunque sea súper barato, y tenga paisaje de todos los colores y para todo lo que vos quieras, y un un montón de equipos técnicos. No se considera tanto Argentina, porque no llega a eso.
¿Y por qué crees que se da a esta situación?
- Mirá, hay otros países que tienen acá directamente oficinas de promoción. Australia, que es carísimo filmar en Australia, lo único que tenés es gente que habla inglés, pero Australia tiene una oficina, después Colombia está muy de moda para donde filman, para ir a filmar, tienen oficinas, y son gente que básicamente, una oficina pequeña donde va gente a todos los eventos y está promocionando "vayan a filmar a Colombia, vayan a filmar a Australia", vayan a filmar a donde sea. Nosotros no lo tenemos eso. Siempre escucho que hay como desarrollo, pero concretamente no está. Entonces, Argentina tenemos un montón para ofrecer, pero no nos vendemos tan bien.
Ahora sí hay que reconocer que Argentina, Messi influye en todo, entonces ahora todos saben lo que es Argentina, vas en la calle acá en Los Ángeles y ves grupitos de chiquitos, el fútbol está muy de moda acá ahora porque de diez nenes jugando a la pelota, siete tienen la camiseta de Messi, así que ves un montón de camisetas de nenitos que no hablan nada de español, con la camiseta de Argentina, así que eso también influye en cierta medida. Pero bueno, la mayoría nos ubica en el mapa, es un mito lo que se dice que no saben dónde está Argentina, puede pasar alguno, pero la verdad es que la mayoría entiende que se habla español y que está en Sudamérica.
Usaste la Inteligencia Artificial para armar un cortometraje con un tinte irónico, gracioso...¿cómo surgió esta idea?
- A mí siempre me gustó explorar, explorar estas nuevas tecnologías, explorar qué es lo que está pasando, cuando llega el chat GPT, empecé a jugar y de repente me vino la idea esta, de bueno, qué pasa si, puede esto hacer un guión, qué pasa con esto. Enseguida acá la industria se para, hay un paro de guionistas acá en EEUU, que para los que no están en el tema, un paro de guionistas quiere decir que toda la televisión se para acá y todos los programas se paran, los que veían el streaming, bueno ya está, si está el guión ya está, ahora si es la novela diaria no hay guión, entonces -acá recordemos que acá en Los Ángeles una de las principales industrias es esta- vos ibas por la calle y veías cortes, no son manifestaciones como las que nos imaginamos en Argentina, pero veías en todos los estudios que había cientos de personas reclamando.
Un poco a partir de ahí me surge esta duda de, ¿puede realmente la inteligencia artificial hacer un guión hoy en día? ¿Qué está pasando con esto? Entonces a partir de ahí, por una cuestión de cuestionamiento, empiezo a investigar. Acá todavía le falta esto, pero si empieza a hacer una herramienta. Justo empezaban los paros y no me termine de convencer que era el momento para hacerlo; y después también hablando con guionistas contándole la idea, mirá quiero hacer una parodia de esto, quiero ver qué pasa y filmarlo y llevarlo real, quiero hacer un experimento. la gente se entusiasmaba bastante. Pero quiero ser 100% sincero, o sea, lo que pasa acá en el corto, lo que pasa en el guión, lo que me dio la computadora, es lo que filmamos nosotros. Entonces a nivel actoral había mucho desafío.
No hay una historia detrás del personaje, los cambios son muy random también, las respuestas son muy random, todo, y eso a mí me empezó a entusiasmar, un par de líneas si me tiraba que estaban buenas y digo, bueno, juguemos con esto y seamos sinceros con el espectador diciéndole lo que está pasando acá.
La inteligencia artificial era libre de armar lo primero que se le ocurriese...
- Exacto, y después yo eventualmente intervenía, que en algún momento lo pongo. Creo que la inteligencia artificial es una herramienta y como te decía antes, sí creo que lo más importante hoy en día es la voz que tiene cada uno atrás de la historia, en la música le dicen el voicing, cuál es mi identidad con esto. Sí creo que la inteligencia artificial es una herramienta que también, esto ya lo vivimos en cierta medida, estas revoluciones... en la música se vio con el MIDI, básicamente son herramientas que permiten a todos trabajar, o sea, es muy difícil a veces comparar un cuarto de guionistas donde hay seis, siete, ocho personas escribiendo un capítulo de algo contra una persona que está sola en la casa. Entonces esta es una herramienta que para mí todos la van a empezar a usar. Yo lo que quise hacer es, bueno, básicamente, blanquearlo.
Esto sí va a repercutir en trabajos, no va a repercutir en la voz de autores para mí. La voz de inteligencia artificial para mí todavía... nosotros como humanos queremos humanos que nos cuenten cosas. Me cuesta mucho pensar que en un mediano corto plazo esto vaya a ser distinto. A largo plazo no sé, ya me sorprendió tanto la inteligencia artificial que no sé qué me va a sorprender.
¿Con qué te topaste cuando arrancaste con esto?
- Yo lo que quería que me dé era como un lugar donde yo pueda empezar a pintar. Entonces, sí me pasó que digo "esto no está funcionando" y de repente me tiraba unas frases que digo, "esto está bueno". Y tal vez la frase en realidad, yo en mi cabeza como me la estaba re imaginando. Digo, pero está buena, esta frase está buena acá y esto también está bueno. Y esta cuestión de que cambian así tan de manera bizarra. A mí me gusta ese tipo de humor donde pasan cosas todo el tiempo, no es solamente el plano y el contraplano, sino que van pasando cosas y chistes porque en definitiva esas historias no van cambiando el guión, sino que lo elevamos.
Las plataformas por streaming cada vez se vuelven más populares, ¿crees que están apartando o debilitando al cine o hay lugar para todos?
- No sé si son las plataformas de streaming, tampoco sé si es el celu, todos están compitiendo por lo mismo básicamente, por la atención de alguien. Creo que la manera de consumir se ha cambiado muchísimo y que aunque hoy en día las personas de repente pueden en su casa ver la película de mejor manera que lo puede ver en el cine o sin tener que salir ni nada, me parece que la discusión es más el tiempo de atención de las personas.
Para ver una película necesitas dos horas para sentarte de antemano versus media hora o 40 minutos de una serie, aunque después terminaste viendo tres, cuatro capítulos. Pero el tiempo de atención de la gente es menor, entonces organizarse para ver una película es otro tipo de organización. Me parece que el cine está transformándose en un lugar más de una experiencia y no un entretenimiento constante. No es el cine, me parece que la manera de consumir cambió, no tenemos tanto tiempo, ir al cine es caro además, o sea no tenemos tanto tiempo para organizarnos, para sentarnos a ver una película. Pero lo escuché a Scorsese hace poquito hablar y él decía que el cine va cambiando y cada uno ahora tiene que encontrar la manera de cuál es el medio para contar su historia.