05 Agosto de 2016 11:14
En uno de los barrios más pobres de La Gran Manzana, un grupo de muchachas formaron el colectivo latino The Brujas para empujar un objetivo: empoderarse frente a la mayoría masculina que se desplaza en tabla por las calles.
"El skateboardin es como volar, no podría vivir sin él", dice una de las chicas. Pero estas brujitas reemplazan hechizos por velocidad y rulemanes, y hacen pases mágicos saltando en las rampas. Sheyla Grullon y Arianna Gil hoy tienen 20 años y arrancaron a los 12. Hace un año que formaron este grupo y tienen sus objetivos bienm claritos: “A través de la historia , la mujer no ha podido ocupar la calle de manera tranquila y segura, en tanto ha sido dominada por los hombres. El skate es nuestra forma de reclamarla y tomarla, de encontrar movimiento y una sensación de libertad. Cada vez más mujeres se suman, para apoderarse del espacio público. Por eso enseñamos a otras a andar en skate, aprovechando los encuentros en parques para discutir sobre política y cultura”.
Las chicas poderosas del skate.
Género, estigmatización racial, patriarcado, machismo, abuso policial, medicina natural, derechos LGBT, opresión del capitalismo. Nada queda fuera de debate en los ratos en que no patinan.
Skate girls.
El skateboarding es concretamente antisistema; su intención es romper con con lo establecido. Las brujas del skate tienen como misión fomentar la unidad, la seguridad y el sentido de pertenencia.
The Brujas ofrece pertenencia y lucha por igualdad para todas.
Hay otras agrupaciones que luchan por abrrise paso entre los hombres en el mundod el skatebooard. En Filadelfia existe el grupo Shred the Patriarchy (“Triturar al patriarcado”), feminista a ultranza, creado por veinteañeras que se reúnen semanalmente para enseñar a otras cómo patinar. Una invitación a chicas hétero, trans, queer de todos los niveles a participar y a formar comunidad.
Femm power sobre ruedas.
Patti McGee fue la precursora: primera mujer skater profesional en 1965, ganando el 1° Campeonato Femenino de Skateboard de la historia, apareciendo en la portada de revista Life; también fue la primera en entrar al Hall of Fame de este deporte. Hubo otras chicas luminarias de la tabla en los '70 y en los '80 las marcas apuntaron, con clara dirección machista, a los varones.
Patty MacGee, la más grosa, la primera.
En los '80, frente a la popularidad de la actividad, las marcas instalaron agresivamente la imagen de varón patinador adolescente (que persiste hoy día). Por eso, las mujeres amantes de este excitante deporte prefieren generar una escena alternativas en todo el mundo.