Esta semana arrancó el juicio sobre el caso de Pedrito Gambero, el bebé de tan solo tres meses que murió el 25 de agosto del 2017 en la provincia de Córdoba, más precisamente en Río Cuarto, debido a una hemorragia cerebral a causa de haber sido sacudido violentamente. El menor fue encontrado por su hermana Sofía con "la mirada semiabierta", pálido y sus ojitos morados. Por este motivo, su padre, el principal acusado, lo llevó al Hospital, pero ya era demasiado tarde.
Como el bebé había nacido prematuro, la primera conclusión fue que había sido una muerte súbita. Sin embargo, la autopsia retrató el peor de los escenarios: el menor había muerto de una hemorragia cerebral.
Se corroboró esta hipótesis luego del informe de Gabriel Nievas, el pediatra de Pedrito, que aseguró que se le realizaron seis controles posteriores al nacimiento y presentaba buenas condiciones de salud: "Estaba creciendo muy bien, tenía buenos reflejos y su salud estaba dentro de los parámetros normales".
El 25 de agosto los médicos decidieron desconectarlo porque presentaba muerte cerebral irreparable. "Buscamos llegar a la verdad y que su alma pueda descansar en paz. El dolor de no tenerlo lo llevaré para siempre, pero tengo fe en Dios, en que nos volveremos a abrazar algún día", dijo Lucrecia Piñeiro, la mamá de la víctima.
El principal apuntado en el juicio es Gambero, quien es acusado por "lesiones graves calificadas reiteradas y homicidio calificado por el vínculo", ya que se confirmó que Pedrito había muerto tras un sangrado cerebral y de retina producidos por lo que se conoce como "síndrome del bebé sacudido".
Pero... ¿qué es el "síndrome del bebé sacudido o zarandeado"? Se trata de un tipo de abuso físico que puede llevar a la muerte hasta en el 30% de los casos de los recién nacidos: "Grave: necesita atención urgente. El síndrome del bebé sacudido es una forma de maltrato infantil definido por lesiones neurológicas sufridas por un niño pequeño, que puede ser transportado y asistido en brazos, cuando los tratos físicos ocurren producto de sacudidas violentas y repetidas".
Quien habla es Eduardo Alfredo Duro, Profesor Titular Consulto de Pediatría en la escuela Superior de Ciencias de la Salud de la Universidad de Morón, que en diálogo con BigBang destacó que esta clase de "maltrato infantil" ocurre "generalmente por llanto del niño". "El resultado puede ser el daño cerebral permanente o la muerte, según la severidad de las lesión intracraneales de aceleraciones y rebotes del tejido encefálico cuando es sacudido", destacó el profesional.
En criollo, Duro remarcó que estos violentos sacudones ocasionan "un traumatismo craneal no accidental que amplia variedad de lesiones y sintomatología". "Pueden presentar lesiones oseas en brazos y tórax, ya que durante las sacudidas violentas, y al sostenerlo elevado, producen otras lesiones, pero las principales son las neurológicas. El examen del fondo del ojo puede mostrar lesiones oculares desde desprendimiento a hemorragias retinianas y del vítreo", explicó.
Consultado sobre el protocolo ante la sospecha de maltrato físico, Duro destacó que "como todo maltrato infantil, el médico tiene la obligación de sospecha y en caso de elementos fundados, la obligación de hacer la denuncia". "El estrés parental o de los cuidadores está siempre presente, ya que para que el menor sea zarandeado tiene que estar sujeto y elevado por una persona de un tamaño mayor. El síndrome del bebé sacudido generalmente ocurre cuando un padre o la persona a cargo sacude con intensidad a un niño por frustración o enojo, a menudo porque el niño no para de llorar", destacó al hablar sobre las causas que originan este síndrome.
La Sociedad Argentina de Pediatría advierte que este tipo de abuso físico que puede llevar a la muerte hasta el 30% de los casos. Incluso, un trabajo publicado por el Hospital General de Niños Pedro de Elizalde en la revista Archivos Argentinos de Pediatría remarca que un 25% de los niños que no tenían síntomas iniciales tuvieron alguna discapacidad grave del desarrollo a causa de este tipo de maltrato infantil.