Con solo 24 años, Carol Hartridge es la artista detrás de los rostros más fotografiados del país. Desde su trabajo con Zaira y Wanda Nara hasta producciones teatrales y editoriales, su carrera refleja pasión, esfuerzo y un inconfundible talento. Carol tenía apenas 15 años cuando descubrió su pasión por el maquillaje. Inspirada por la transformación y confianza que veía en su madre y su abuela al maquillarse, supo que quería dedicarse a este arte. Pero convencer a su familia no fue fácil. "Insistí durante meses para que me dejaran hacer un curso. Al principio no estaban muy seguros, pero cuando vieron mi dedicación, se convirtieron en mi mayor apoyo", cuenta.
Luego de formarse en la escuela de Mabby Autino en Argentina y en Makeup Forever en Nueva York, comenzó a maquillar a amigas y conocidas. Su talento pronto la llevó a MALA Peluquería, donde, con solo 19 años, tuvo su primer contacto con celebridades como Cande Vetrano y Sofía Jujuy Jiménez. Lo cierto es que la carrera de Carol despegó cuando se unió al círculo cercano de las hermanas Nara, Zaira y Wanda, con quienes hasta viajó por el mundo. Desde Sevilla hasta Tulum, cada destino representó un nuevo desafío y aprendizaje. "Esas experiencias me enseñaron a adaptarme a diferentes culturas y estilos, además de ampliar mi visión artística", detalló.
En sus redes sociales, Carol comparte imágenes de su trabajo con figuras como María Vázquez, Oriana Sabatini y Emilia Attias. Aunque admite en diálogo con BigBang que le cuesta encontrar su estilo en las plataformas digitales, sus publicaciones son un reflejo de su estética moderna y profesionalismo. Su versatilidad la llevó también al teatro, donde trabajó en la producción de Madagascar en calle Corrientes. Allí, enfrentó retos únicos, como crear maquillajes vibrantes que resistieran el calor y la intensidad de las luces del escenario. Su trabajo fue tan destacado que recibió una nominación a los Premios Hugo en 2019.
Para Carol, el maquillaje es mucho más que estética. Es una forma de expresión artística que conecta con emociones y narrativas. "El maquillaje no solo embellece, sino que empodera. Ayuda a resaltar la identidad de cada persona y a proyectar confianza", reflexiona. Actualmente, forma parte del staff de Bettina Frumboli, una de las maquilladoras más prestigiosas de Argentina, y su meta a corto plazo es expandir su portafolio internacional, mientras que a largo plazo sueña con lanzar su propia línea de productos y enseñar a nivel global. Para aquellos que desean seguir sus pasos, Carol tiene un consejo: "No se obsesionen con los likes o seguidores. Enfóquense en practicar, aprender y crear contenido que refleje su estilo. El talento y el esfuerzo siempre sobresalen".
De maquillar a sus amigas en Tucumán a destacar en eventos internacionales, la historia de Carol Hartridge es un testimonio de cómo la pasión y la dedicación pueden convertir un sueño adolescente en una brillante carrera profesional. "Siempre busco resaltar la belleza de cada persona a través del maquillaje. Trato de reflejar su personalidad y ayudarlos a proyectar lo que quieren comunicar, ya sea fuerza, dulzura, confianza y que las potencie", sentenció.
Entrevista completa a Carol Hartridge
¿Cómo fue ese momento en que descubriste tu pasión por el maquillaje a los 15 años? ¿Hubo alguna inspiración específica que marcó tu decisión?
- Fue cuando descubrí cómo el maquillaje podía transformar a alguien más allá de lo físico. Veía a mi mamá y mi abuela maquillarse y notaba cómo su actitud cambiaba y la seguridad que proyectaba. Eso me fascinó. A los 12 años, empecé a experimentar con amigas y me di cuenta de que quería dedicarme a maquillar por cómo ayudaba a otros a sentirse bien consigo mismos y a la vez me conectaba con mi parte artística.
¿Qué te motivó a insistir tanto para hacer ese primer curso? ¿Cómo influyó tu familia en tu decisión de seguir este camino?
- Mi motivación fue el deseo de profesionalizar lo que hacía. Realmente tenía muchísimas ganas de poder dedicarme al maquillaje y sentía que para destacar tenía que aprender de los mejores, y hacer un curso era el primer paso. Mi familia al principio tuvo dudas porque era un camino menos tradicional, pero cuando vieron mi dedicación y pasión, se convirtieron en mi mayor apoyo. Antes era desde un lugar más inocente, tal vez sin técnica y experiencia pero disfrutándolo mucho. Hoy sigo manteniendo esa misma pasión. Creo que la gran diferencia está en cómo aprendí a escuchar a las personas y a adaptarme a cualquier situación.
Trabajaste con famosos de la talla de Zaira Nara, Oriana Sabatini y Emilia Attias. ¿Cuál fue la experiencia más memorable con alguna de ellas?
- Cada experiencia me deja momentos y experiencias memorables, pero si tuviera que elegir una, destacaría cuando fuimos con Zaira en los Grammys en Sevilla. Fue un evento de gran magnitud, con toda la presión de un escenario internacional. Desde pensar el maquillaje junto a Anita Korman, la estilista, hasta los detalles de último momento, fue emocionante ver cómo todo cobraba vida. Viajar con ellas me enseñó a adaptarme a diferentes culturas y estilos. También a relacionarme con personas de la industria pero de distintas culturas me pareció algo super enriquecedor. Esas experiencias ampliaron mi visión y me permitieron ser más versátil.
¿Qué historias o emociones buscas transmitir a través de tus creaciones?
- Siempre busco resaltar la belleza de cada persona a través del maquillaje. Trato de reflejar su personalidad y ayudarlos a proyectar lo que quieren comunicar, ya sea fuerza, dulzura, confianza y que las potencie. El mayor reto fue crear personajes que se vieran expresivos y vibrantes desde lejos, pero sin perder la sutileza en los detalles y a la vez la simpleza. Fue una experiencia que me obligó a explorar nuevas técnicas.
Me acuerdo que los personajes usaban trajes muy muy calurosos mas las luces y coreografías me era muy difícil que se mantengan intactos toda la función. Entonces encontré la manera de que se mantuvieran intactos haciendo el maquillaje en 2 capas exactamente iguales una sobre la otra.
¿Cómo encontrás el balance entre la creatividad y las expectativas de los clientes o productores?
- El equilibrio está en escuchar. Siempre comienzo entendiendo lo que el cliente o productor espera y luego encuentro maneras de aportar mi visión creativa dentro de esos límites. Creo que la clave es la comunicación abierta y tener la flexibilidad de ajustar detalles. Creo que lo lindo del maquillaje es ese poder de empoderamiento y confianza que le genera a muchas personas. Es destacar lo mejor de cada persona y ayudarlos a sentirse más seguros. También permite jugar con la identidad, explorar estilos y conectar con diferentes facetas de nosotros mismos. Disfruto trabajar en producciones editoriales, campañas publicitarias y eventos sociales por diferentes razones, pero en este momento estoy disfrutando mucho las producciones y campañas editoriales porque me encanta ver como cada profesional aporta su talento para que el resultado final sea impecable. Aprendo mucho de la gente con la que trabajo y me encanta trabajar en equipo y que las exigencias sean altas.
¿Quiénes son tus mayores influencias en el mundo del maquillaje? ¿Hay algún artista que admires particularmente?
- Admiro mucho a Pat McGrath por su innovación, trayectoria y su capacidad de marcar tendencias en la industria. Ahora estoy fanática de PatrickTa en cuanto a su técnica para maquillar celebridades y por la innovación y calidad de sus productos. También me inspira y admiro muchísimo a Bettina Frumboli que no solo es en mi opinión es la mejor maquilladora de Argentina sino también por como es como líder y la humildad y calidad humana que tiene.
A corto plazo, querría seguir expandiendo mi portafolio internacional y tal vez probar experiencias laborales en el exterior. A largo plazo, me gustaría tener mi propia línea de productos para poder crear algunos que se me van ocurriendo en base a las necesidades laborales que se me generan. También disfruto mucho de enseñar, entonces soñando grande también me gustaría dar clases internacionales para grandes marcas.
¿Cómo definís tu enfoque creativo en las plataformas digitales?
- Las redes es algo que últimamente me estuvo costando. Creo que nunca llego a estar conforme con ese aspecto de mi trabajo. Me cuesta la exposición y encontrar mi estilo en las redes sociales, lo cual es algo que tengo que afrontar, ya que las redes son de lo más importante hoy en día. Intento que mi portafolio inspire confianza, pero también que las personas puedan identificar mi estilo. Siempre trato de mostrar trabajos que me gusten.
Mi consejo es que no se obsesionen solo con likes o seguidores, sino con crear contenido y publicar. Una vez que hay varios trabajos el estilo de uno se ve reflejado por sí solo. Y, sobre todo, sigan practicando y aprendiendo, porque al final, el talento y el esfuerzo es lo que hace sobresalir en mi opinión.
¿Cómo gestionas la presión de mantener tu perfil relevante mientras trabajas en múltiples proyectos?
- Es un desafío que en este momento me cuesta, pero creo que la clave está en organizarse y priorizar. Cuando tengo muchos proyectos, trato de documentarlos de manera natural para luego compartirlos sin sentir que tengo que hacerlo todo en el momento.