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Una historia de superación

De productor de seguros a convertirse en "el sastre del rock": Marcelo, el argentino que sueña vestir a Robert de Niro

Marcelo Romano cambió su destino hace diez años y hoy es el exitoso dueño de la marca Sazkat.

05 Mayo de 2024 13:00
Hoy diseña para famosos como Zeta Bosio y Andrés Ciro Martínez BBN

Hace más de una década que Marcelo Romano decidió salir de su zona de confort y arriesgarse a patear el tablero: dejó su faceta de exitoso productor de seguros atrás y viró hacia la moda. Fundó su marca Sazkat, empezó a vestir a celebridades rockeras como Zeta Bosio y Andrés Ciro Martínez, cantante de Ciro y los Persas, y también a directores de musicales como Pepito Cibrián, y hoy se lo conoce como "el sastre del rock". "Sentía la infelicidad propia de hacer lo que no me gustaba", le dijo a BigBang.

Marcelo fue productor de seguros durante 14 años, pero durante la última etapa de sus 40 empezó a sentir que la actividad que ejercía no lo hacía feliz y que su futuro estaba en otro lado. Fue en el 2015 cuando esta insatisfacción por su trabajo, sumada a una serie de eventos personales, lo llevaron a pensar seriamente en una salida y así nació SAZKAT, la marca que combina las dos pasiones que tenía: la sastrería y el rock.

Por aquella época, Marcelo atravesaba un muy duro presente familiar que arrancó con el fallecimiento de su (hoy ex) suegra. Meses después, aquella crisis afectó su matrimonio y se separó de su mujer tras una relación de dos décadas y eso derivó a replantearse su presente laboral. "Los problemas típicos del trabajo ya me pegaban mal y, a pesar que mi situación económica era muy buena, eso no me satisfacía. Fue en ese momento que supe que tenía que dar una vuelta de timón", explicó. 

Se separó, pateó el tablero y se convirtió en el sastre del rock

Su abuelo se llamaba Juan José Chico, y su abuela Matilde. El era sastre y ella, pantalonera. Fue esa herencia la que le permitió darle a su vida un giro de 180°. "En una de esas largas noches de reflexión y soledad, me senté a tomar un café para analizar diferentes oportunidades laborales y recordé que cuando tenía cinco o seis años, mi abuelo Toto, que era sastre desde sus 14 años, cocía y cortaba telas en la cocina de mi casa porque no tenía taller", le detalló a este portal.

Y agregó: "Cuando pienso en él, se me viene a la cabeza con la tijera en mano cortando tela para confeccionar un saco gris oscuro, siempre con agujas y una tiza. Abrir los cajones de esa mesa era sinónimo de encontrar dedales, hilos, reglas, tijeras y unas mantas para planchar. Mi abuela también se dedicaba a un rubro similar ya que era pantalonera. Entonces, creo que la sastrería siempre fue parte de mí, solo tardé tiempo en encontrar esa pasión y la manera de combinarla con mi versión más rockera".

Actualmente, casi 10 años después del inicio, la marca, en la que  odas las prendas son únicas, desembarca con un atelier a puertas cerradas en la tradicional Galería Devoto. El local, diseñado por el reconocido arquitecto Francisco Cantarelli  y con una original fachada pintada a mano por la artista Mónica Lazzatti, funcionará con cita previa, para mantener la esencia artesanal de la propuesta. "Mi abuela era pantalonera y mi abuelo sastre, así que crecí viéndolos trabajar en la cocina de mi casa", dijo.

La marca de indumentaria que fusiona el rock con la sastrería

Y siguió: "Hacían trajes de forma artesanal así como hoy lo hacemos en SAZKAT. Creo que la sastrería siempre fue parte de mí, solo tardé tiempo en encontrar esa pasión y la manera de combinarla con mi parte más rockera. Me alegra saber que encontramos la fusión perfecta entre el estilo clásico y la actitud del rock". SAZKAT es una marca de indumentaria que se dedica al diseño y trabajo artesanal de trajes. 

Hoy se especializa en sastrería para clientes como novios que quieren tener un traje distinto y versátil, así como para hombres que eligen un estilo urbano con prendas de diseño distintivas, ya sea por las telas utilizadas, la forrería o la pintura de un artista real que la interviene a mano. Es la propuesta del encuentro entre la elegancia y la rebeldía en un mismo mismo traje, demostrando cómo la indumentaria puede ser, sobre todo, una forma de expresión.

Segfún le explicó a este portal, busca que cada traje SAZKAT "refleje el carácter irrepetible de quien lo use. Trabajamos para que cada diseño sea único y que transmita ese mensaje de libertad que para nosotros es tan importante; la libertad de tener dos pasiones muy distintas a la vez y no tener que limitarse". "Nos enorgullece haber vuelto compatibles al rock y a la elegancia", afirmó que luego de un gran proceso ahora se está expandiendo a galería Devoto.

La entrevista completa al "sastre del rock" 

Durante 14 años mantuviste una vida estable, exitosa en lo tuyo como productor de seguros. ¿Por qué decidiste barajar y dar de nuevo? ¿Qué te llevó a tomar lo que sería para muchos esa drástica decisión?

- Aunque disfrutaba el contacto con los clientes, la parte administrativa de mi trabajo me desgastaba mucho. Allá por el 2013, entonces, empecé a sentir el agotamiento físico y mental, creyendo que mi vida era un problema. Sentía la infelicidad propia de hacer lo que no me gustaba, y ahí fue cuando comenzó el replanteo. Los problemas típicos del trabajo ya me pegaban mal y, a pesar que mi situación económica era muy buena, eso no me satisfacía. 

Fue en ese momento que supe que tenía que dar una vuelta de timón. Tenía claro que ese no era el rumbo, pero fue otro evento el que me hizo entender que definitivamente debía cambiar. En enero de 2014 falleció mi ex suegra de muerte súbita. Ella era alguien a quien amaba y me hacía muy bien su presencia. Cinco meses después de este episodio decidimos tomar distancia con la mamá de mis hijos después de 20 años de convivencia. Jamás dejé de moverme, tanto física como mentalmente. El desafío de pasar todo el dolor que estaba viviendo me hizo más fuerte para tomar la decisión.

¿Por qué viraste hacia la moda y cómo lo tomó tu círculo íntimo cuando les contaste que dejabas los seguros para dedicarte a la sastrería?

- En una de esas largas noches de reflexión y soledad, me senté a tomar un café para analizar diferentes oportunidades laborales y recordé que cuando tenía cinco o seis años, mi abuelo Toto, que era sastre desde sus 14 años, cocía y cortaba telas en la cocina de mi casa porque no tenía taller. Cuando pienso en él, se me viene a la cabeza con la tijera en mano cortando tela para confeccionar un saco gris oscuro, siempre con agujas y una tiza. Abrir los cajones de esa mesa era sinónimo de encontrar dedales, hilos, reglas, tijeras y unas mantas para planchar. Mi abuela también se dedicaba a un rubro similar ya que era pantalonera. 

Entonces, creo que la sastrería siempre fue parte de mí, solo tardé tiempo en encontrar esa pasión y la manera de combinarla con mi versión más rockera. Cuando decidí lo que sería mi próxima vocación, nunca hice un estudio de mercado para ver si era un negocio rentable o no lo que había elegido. Al principio, mis tres hijos y mis amigos me decían: "Estás loco, no podés hacer eso", sobre todo porque con los seguros había logrado una estabilidad económica. Pero me dejé llevar por la pasión y elegí lo que quería hacer.

¿A qué se debe el nombre SAZKAT? ¿Cómo surgió?

- El proceso de elegir el nombre fue tan aleatorio como la historia que me llevó a sacar el proyecto a la luz. Un día estaba hablando con mi hijo Guido por WhatsApp, me escribe y cuando yo le respondo, se ve que dejé mi dedo apretando el teclado del celular y le mandé el mensaje, sin darme cuenta. En ese mensaje decía Sazkat$-)/;/)(/;/. Así nació, entonces, el nombre de mi marca.

¿En el slogan hablan de "sastrería y rocanrol", cómo fueron los comienzos con la marca que viste figuras que van de Zeta Bosio y Andrés Ciro Martínez, a Pepe Cibrián?

- La música, y el rock especialmente, siempre me llevaron a la inspiración y a no dejar de soñar. Junto con la moda y la sastrería, se convirtió en un sello personal. El vínculo que tengo es tan pasional que a veces es algo difícil de explicar. Es por eso que cuando pensé la marca, estaba seguro de que tenía que tener algún tipo de relación con este género musical que tanto me mueve. Esa rara combinación entre el rock y la sastrería fue lo que me motivó a darle una impronta estética a mi marca. 

Marcelo Romano era productor de seguros

Me gusta poner, por ejemplo, en un saco caro de corte inglés, forreria con colibríes de colores, calaveras, helicópteros. Ese tipo de cosas que tienen que ver con el rock. Pero, como el proyecto era una gran apuesta, los comienzos fueron vertiginosos. Sabía que quería que me cortaran mis diseños los que cortaban para YSL y Christian Lacroix. Si lo hacía, tenía que ser con una confección de primera. Y me llevó tiempo tenerlos, pero finalmente los convencí.

El punto fuerte de la marca es que se enorgullece de que todas las prendas son únicas, ¿Cómo es ese proceso? ¿Se trabaja a pedido? ¿Se trabaja basándose en la visión del cliente o buscan libertad a la hora de armar un conjunto?

- En mi showroom, chiquito pero bien ambientado, tengo un sillón grande para que el cliente que venga se ponga cómodo y podamos charlar un poco de la vida. Estamos un largo rato conversando de diferentes asuntos, hasta que en los últimos 20 minutos elegimos la tela, la forrería, qué diseño haremos, tomamos medidas, y que comience el juego. Luego tarda entre 30 y 50 días la confección: sea un traje, un siete octavos, un saco o un chaleco. De ser necesario, luego de ese proceso se hacen unos últimos ajustes.

Hablamos de la elegancia propia de estas prendas y la rebeldía del rock ¿Cuándo arrancaste con esto en qué te inspiraste?

- Cuando arranqué con esto, pensé en la fusión entre elegancia y rebeldía. Una de mis inspiraciones fue como se vestía Johnny Rotten, el cantante de Sex Pistols, porque usaba trajes de colores. Disfruto de vestir a quienes tienen un estilo rockero pero mi público es muchísimo más que eso. Lo mío es de nicho, pero cuando la gente lo encuentra, le gusta. Además, las prendas no tienen un precio tan elevado en comparación con las marcas líderes en Argentina.

¿A qué celebridad te gustaría vestir? Sea local, internacional o ambas

- Mi sueño es vestir a Robert de Niro. Me encantaría poder mandarle un traje de regalo. De artistas locales, sería un honor vestir a Ricardo Darín y a su hijo, el Chino. Me parecen dos referentes en lo que refiere al mundo artístico. Confío en que antes de irme de este mundo, voy a llegar a que el planeta entero vea mis diseños.

Saliste de tu zona de confort.. te arrepentís de haberle dedicado tantos años a los seguros o ese camino sedimentó las bases de este proyecto?

- No me arrepiento de nada. Mi trabajo en la industria de los seguros fue una buena experiencia y aprendí mucho. Sobreviví a esa profesión pensando que le hacía el bien a alguien brindándole ese servicio. Si no lo hubiera hecho, tal vez no podría estar hoy hablándote de mis pasiones.