Talentosa, carismática y dueña de una voz que muchos soñarían tener. Rocío Cravero es una cantautora, actriz y escritora que desde su infancia demostró un notable don para la música. Nacida y criada en Buenos Aires, aprendió a cantar antes de caminar y su familia pronto se dio cuenta que su futuro iba a estar ligado al mundo artístico. Desde pequeña, cantar fue una de sus grandes pasiones, algo que ella misma describe en una íntima charla con BigBang como un deseo constante a lo largo de su vida.
A pesar de considerar otras carreras, como la psicología, finalmente optó por la música. Su formación comenzó a los 15 años en el teatro musical, un ámbito que la cautivó por su capacidad de combinar canto y actuación para narrar historias. A lo largo de su carrera, Rocío participó en importantes producciones televisivas, como Quiero Vivir a tu Lado de Pol-ka y Dar la Nota en Canal 13, además de un breve paso por La Voz Argentina, el cual define como un gran "aprendizaje" . También fue parte de La Banda de la Tele en el programa Dec15ion , conducido por Jey Mammon. Estas experiencias, aunque variadas, la ayudaron a crecer y consolidarse en la escena artística.
Pero si hubo un hecho que la marcó y la convirtió en la artista que es hoy en día fue el día que decidió desprenderse de sus ataduras, probar suerte en otros lugares y embarcarse en una travesía por el mundo. En 2017, luego de un fallido paso amoroso por Nueva Zelanda, llegó a Dinamarca, donde formó su propia banda: Migrante, como vocalista y compositora. Durante su tiempo en el país nórdico, actuó en el Festival Latinoamericano de Dinamarca en 2018. Aunque valora profundamente esta experiencia por el crecimiento personal y artístico que le brindó, también admite que la nostalgia y la distancia de su tierra natal la afectaron emocionalmente.
Este viaje inspiró gran parte de su primer disco, Alquimia , que abordó temas relacionados con el empoderamiento femenino y la transformación de vivencias traumáticas en fuerza personal. En particular, su canción "Fuerte" fue una especie de homenaje a la lucha de las mujeres por sus derechos, especialmente en el contexto del debate sobre la ley del aborto en Argentina. En cuanto a su música, Rocío mezcla géneros como jazz, blues y folclore, adaptándolos a las historias que desea contar en sus canciones. Siempre escribió desde joven, aunque al principio lo hacía en forma de poesía, sin unir su escritura con la música hasta más tarde en su carrera.
Durante la entrevista con este sitio, consideró que la música es una forma poderosa de compartir experiencias personales y crear una conexión profunda con tu audiencia, ayudando a las personas a sentirse acompañadas en sus propios procesos. Rocío también reflexionó sobre la evolución del panorama musical actual, donde destacó el auge del género urbano y el crecimiento de la música argentina a nivel internacional. El pasado 13 de septiembre presentó su último dicto en el Club Cultural Matienzo (Av. Juan Bautista Justo 2959, CABA). Se trata de su tercer álbum, Duermevela: un total de siete canciones compuestas por Rocío que narran una sola historia.
La nota completa con Rocío Cravero
Contame un poco de Duermevela, tu último disco...
- Es un disco conceptual que va contando una historia en 7 capítulos, tiene 7 canciones, y bueno, la DuermeVela es este estado intermedio entre el sueño y la vigilia, viste cuando te estás quedando dormido y como que la mente empieza como a viajar a otro estado de conciencia y empieza como a irse al mundo de los sueños y los pensamientos empiezan a ser raros y los bordes de la realidad como que se empiezan a disolver. Bueno, DuermeVela cuenta la historia de un casi algo, que a veces un poco se siente como ese trance, a veces los finales son abruptos y es como que uno se despierta así como cuando te caes en la cama. Y cuenta la historia de eso, de un amor breve que no llega a terminar de ser y de desarrollarse, y como uno después se queda, tal vez, procesando eso.
¿Vos sos de contar historias a través de tus canciones, cómo nace eso?
- En realidad suelo basarme mucho en lo que yo siento y en lo que a mí me pasa, sinceramente, de hecho, DuermeVela está basado en una historia real que me pasó a mí, me hago cargo 100% este casi algo en ficción, pero a veces también me pasa que me baso por ahí en cosas que me cuentan las personas que quiero, cosas que veo, pero siempre en la realidad, no me suele pasar de inventar cosas, porque siento que en la vida ya pasan un montón de cosas súper interesantes que vale la pena retratar. Para mí vale la pena contar las historias que uno ve y las historias que están sucediendo en la vida real, porque en la realidad supera a la ficción.
¿Cuándo surge esto de plasmar historias en tus canciones?
- Bueno, la música estuvo siempre presente, yo desde muy chiquita siempre supe que quería cantar y siempre escribí porque siempre me gustó mucho leer, siempre me gustó mucho la poesía, entonces siempre la escritura fue como un cable a tierra para mí. Y un día, alrededor de los 20, 21 o 22 años se me ocurrió unir las dos cosas. Estaba haciendo teatro, que lo descubrí en la adolescencia, o sea, yo la música estuvo siempre presente y en la adolescencia descubrí "wow, se puede contar historias con el teatro musical sobre todo", que era esto de cantar contando historias. Y eso me voló la cabeza y dije "bueno, quiero dedicarme a esto".
De hecho mis primeras experiencias en el mundo del arte fueron de teatro musical. Pero un día me di cuenta de que podía contar mis propias historias, como que uní la escritura con la música. Y ahí se me voló la cabeza mal y dije, es por acá. Y me enamoré de eso y hasta el día de hoy eso sigue siendo mi camino. No descarto la actuación para un futuro tal vez, pero en este momento siento como que mi foco está muy puesto en contar historias desde la música.
¿De dónde viene este amor por la música?
- La música es un elemento que está muy presente en mi familia, tanto en la familia de mi mamá como en la familia de mi papá. Hay un montón de personas que hacen música, tengo tíos músicos, primos, mamás. Siempre me apoyaron y me alentaron a que lo haga. Obviamente sí, cuando de adolescente les dije "miren, yo quiero hacer esto como una profesión". Obviamente sí, por ahí nos tuvimos que enfrentar a los miedos que existen, que son lógicos también. O sea que hubo ahí un tira y afloje de decir, "si te apoyamos que lo haga. ¿Querés vivir de esto? De verdad". Y bueno, eso fue un momento que incluso yo también tuve mis dudas en adolescente y me planteé otras carreras y demás y hasta empecé otras carreras. Por ejemplo, en quinto año de la secundaria me anoté en psicología, pero nunca me presenté. Me anoté y no fui.
Amás la música, pero tus primeros pasos fueron como actriz...
- Yo a los 15 años empiezo a hacer teatro musical, o sea, gracias a la música como que me animo y empiezo a estudiar. Ahí me enamoré de ese universo, como de las posibilidades creativas también que hay ahí, ¿no? Como de contar historias desde ese lugar también, dándole mucho poder a la narrativa. Que por ahí yo lo que sentía es que desde la música o desde la música que yo escuchaba y demás, como que no sé si estaba tan presente ese elemento de la narrativa y de contar historias. Después sí, empecé a descubrir otros artistas que hoy son mis referentes, como por ejemplo Jorge Drexler, que es un contador de historias tremendo.
Primero empecé por ahí cantando en una orquesta de teatro musical, que era como más predominante de la música, pero tenía algo de actuación. Y bueno, hasta que empecé a dar mis primeros pasos haciendo obras. Y después sí, estuve en Quiero Vivir a Tu Lado.
El mundo del arte convive con una lógica frustración cuando no salen las cosas, ¿cómo se vive esto y cómo te enfrentás vos a esa frustración?
- También sucede que en el mundo del arte, ni hablar en la actuación, pero también en la música, la tolerancia a la frustración y a los "no", también es algo que se va trabajando, porque son mucho más los no que los sí. Son mucho más por ahí las audiciones que uno hace y no queda, que las que realmente queda. Son cosas que por ahí del otro lado no se ven, pero que la vida de la persona que hace esto, son unas constantes. Bueno, yo no te voy a mentir. Obviamente, yo soy de la idea que cuando algo te importa, te va a afectar como te vaya, y obviamente que sí, los no te afectan y te frustran.
No sé, siento que queda mejor decir que uno se acostumbra, pero la verdad que sí. O sea, duele. A uno no le gusta que le digan que no. Cualquier frustración te va a pegar. Pero sí siento, para mí por lo menos es mucho más sano hacerme cargo de eso y como transitarlo y permitirme hacer como un duelo a lo que yo quería que pase, que nada, que taparlo, La vida profesional es así, siempre es así, pero igual duele, es una parte que no está buena. Y bueno, y con La Voz Argentina, me pasó que yo era chica, tenía 18. Fue la primera vez que se hizo La Voz y fue una de las primeras, experiencias que tuve, recién empezaba, y lo disfruté un montón en su momento.
Lo disfruté un montón y obviamente sí, cuando no seguí avanzando me frustré, me puse mal, pero la verdad que también lo agradezco, porque siento que aprendí y que nada, me dio como una perspectiva de ver cómo eran un montón de cosas y experimentarlas también.
Llegó el 2017, te fuiste a Nueva Zelanda y de ahí a Dinamarca. ¿Cómo se originó ese viaje?
- Yo nunca me había tomado un avión en mi vida y el primer avión al que yo me subí en mi vida fue un viaje de solo ida a Nueva Zelanda, o sea, el lugar más lejos que podía encontrar. En ese momento, hasta antes de hacer ese viaje, estaba full teatro musical, como que sí estaba empezando a tener esa inquietud de empezar a unir la escritura con la música, estaba empezando a hacer mis propias canciones, pero estaba más en modo actriz. De hecho, estaba actuando en una obra que se llamaba Amante del silencio, que fue como, en mí personalmente, fue como un quiebre así como muy lindo porque fue una obra que disfruté mucho, que estuvo buena.
Y ahí, en ese momento, empezaron a aparecer como otros sueños: conocer otras culturas, vivir otras experiencias, Me sentía tan feliz con lo que estaba haciendo en mi presente que me sentí como reconfiada de decir "bueno, vamos por más". Yo me fui a Nueva Zelanda y volví full cantantora. O sea, también porque en ese viaje de un año y medio, escribí un montón de canciones y como no estaba acá, obviamente no estaba haciendo teatro, porque yo viví en Dinamarca un montón de tiempo y yo no hablo danés. Fue también mucho como un viaje para adentro y volví con muchas ganas de cantar mis canciones.
¿Y cómo fue esa experiencia, ese cambio cultural?
- Yo en Nueva Zelanda estuve tres meses nada más. O sea, el plan original era ir a Nueva Zelanda por un año, pero en los tres meses yo me fui medio de un día para el otro. El plan con el que fui a Nueva Zelanda no funcionó, que eso también fue una gran experiencia de aprendizaje, como hablábamos de la frustración. Yo me fui en su momento en pareja, había todo como un plan que implosionó a los tres meses. Yo en Nueva Zelanda era un sueño, porque bueno, ahí obviamente los paisajes son hermosos, saliste a filmar un montón de películas, entonces era también como un sueño, y yo sabía un montón de Nueva Zelanda.
Yo soy una persona fan del invierno y la verdad que nunca me imaginé yendo a escandinavia, y menos a vivir. O sea, Nueva Zelanda sí estaba en mi cabeza, pero Dinamarca fue como, "bueno, ¿qué hago?" Cuando veo que Nueva Zelanda no estaba funcionando, yo me planteé, "¿qué hago? ¿Vuelvo a Argentina?". Ahí apareció como la idea de ir a Dinamarca y me fui a Dinamarca. Ahí aprendí un montón, crecí un montón, hice un montón de cosas, pude tocar allá también. Estuve en una banda, me metí en un grupo que se llamaba Argentinos en Dinamarca, y dije, "hola, tengo ganas de armar una banda con gente que tenga mi cultura".
Al principio tocaba con un chico danés, pero el show era un cocoliche, porque él tocaba sus canciones, yo tocaba mis canciones en español, no se entendía mucho el concepto. Entonces dije, voy a armar una banda con gente de mi cultura, para tener como algo más concreto para ofrecerle a la gente también. Y bueno, ahí armamos una banda que se llamó Migrante, tocamos un montón. Hay escena latina en Copenhague, hay festivales, hay cosas, sobre todo en verano, como que la ciudad cobra vida, y hay un montón de planes. En invierno, bueno,el sol se pone a las 3 de la tarde también...Es hermosa Copenhague, yo la verdad que le tengo un amor, pero hay que estar a las 4 de la tarde como si fueran las 11 de la noche. Yo no lo recomiendo. Pero la experiencia me sirvió y escribí un montón de canciones.
¿Cómo es esa experiencia también de estar seis meses en el mar cantando en un crucero?
- Es hermoso, a mí me encanta. Mirás por la ventana y es todo agua. A mí eso me fascina. O sea, me gusta estar como en movimiento todo el tiempo, que circule gente todo el tiempo y que uno conoce a muchas personas, tocas con gente de un montón de culturas, conoces un montón de lugares súper remotos que por lo menos yo no había ido nunca y nada, como que para mí es una experiencia hermosa y estás todo el tiempo haciendo música. La verdad es que yo lo disfruté un montón. El lado B, obviamente, es extrañar. Te perdés cumpleaños, te perdés eventos, obviamente te perdés el día a día con tus seres queridos y también el hecho de que gracias a que hice este viaje también estuve mucho tiempo sin tocar acá. Y eso también, obviamente, es como el lado B. Pero la verdad que la experiencia fue increíble y muy hermosa.