Cada 7 de marzo se conmemora el Día de la Visibilidad Lésbica, una fecha que surge en Argentina que busca reivindicar los derechos de las lesbianas y visibilizar sus problemáticas. Esta jornada se instauró en memoria de "Pepa" Gaitán, una joven asesinada en 2010 por el padrastro de su pareja, un crimen que expuso las violencias sistemáticas motivadas por el lesbo-odio. El caso de Pepa no solo sacudió al país, sino que marcó un punto de inflexión en la lucha por el reconocimiento de derechos y la erradicación del odio.
Desde su instauración, el Día de la Visibilidad Lésbica ha crecido en importancia y se ha convertido en un espacio de lucha colectiva y reflexión. Este año, la conmemoración está marcada por un contexto político crítico; es que bajo el gobierno de Javier Milei, se han registrado retrocesos significativos en materia de Derechos Humanos y avances de discursos de odio que legitiman la violencia y la discriminación.
Un ejemplo claro fue su reciente discurso en el Foro Económico de Davos, donde desestimó la importancia de las políticas de género y diversidad, calificándolas como "ideología que entorpece el progreso" mientras que relacionó al colectivo con la pedofilia. Estas declaraciones no solo profundizan la estigmatización, sino que también generan un clima hostil para las comunidades LGBT+.
En paralelo, las medidas implementadas por el gobierno de La Libertad Avanza, han debilitado las políticas públicas orientadas a garantizar los derechos de las minorías. Organizaciones y activistas han denunciado un creciente desamparo institucional frente a los actos de odio, lo que refuerza la necesidad de visibilizar y denunciar estas situaciones bajo el lema: "Esto no es libertad, esto es odio".
La urgencia de este día también se refleja en hechos de violencia recientes. En 2023, el país fue sacudido por el triple lesbicidio en Barracas, donde tres mujeres fueron brutalmente asesinadas en un crimen que evidenció el odio y la impunidad que aún persisten. Las víctimas fueron blanco de un ataque que generó indignación y movilizaciones en todo el país.
A este horror se sumaron otros actos de violencia que pusieron en evidencia la vulnerabilidad del colectivo. En Cañuelas, una pareja de lesbianas fue atacada en un hecho que conmocionó a la localidad, mientras que en la provincia de Jujuy, una militante fue agredida brutalmente por su orientación sexual. Estos eventos no solo reflejan la persistencia del lesbo-odio, sino también la falta de respuestas concretas por parte del Estado.
A pesar de este panorama, la lucha no cesa. En estos tiempos de ultraderecha, recordar a referentes como Ilse Fuskova, pionera en la lucha por los derechos LGBT+, lleva a la reflexión. Organizadora de la primera marcha del orgullo en Argentina, Fuskova dejó un mensaje que resuena con fuerza: "La visibilidad no es solo un derecho, es una herramienta para transformar el mundo".
Este 7 de marzo, esa transformación es más necesaria que nunca. La resistencia y la visibilidad son la clave para desafiar los retrocesos y construir un futuro donde la equidad y la empatía sean una realidad para todos los colectivos.