Desde hace tiempo que la producción de ficciones tradicionales en la televisión argentina enfrenta una profunda crisis que, al parecer, está lejos de terminarse. Todo esto a causa de los altos costos y a una disminución de espacios en la pantalla chica: sin ir más lejos, los gerentes de programación de todos los canales decidieron apostar a los famosos realities y dejar de lado las historias que supieron cautivar al público argentino. Con las plataformas de streaming, como Netflix, Amazon Prime o Max, cada vez más vigentes, un nuevo modelo de entretenimiento se abre paso en América Latina: las microficciones digitales.
¿Qué son? Se trata de historias breves y ágiles creadas específicamente para redes sociales, que están redefiniendo la forma en que los latinoamericanos consumen narrativas audiovisuales. Entre los casos más destacados está la agencia argentina We Latam, que produce microficciones virales como Diego al Volante, Sara la Detective y Milagros Médicos. Estas historias cortas -cuya duración suele ser de poco más de un minuto y medio- y autoconclusivas, diseñadas para plataformas como TikTok y YouTube, alcanzan millones de reproducciones al mes y han capturado a una audiencia ávida de contenidos rápidos y entretenidos.
Migue Wiernes, CEO de We Latam, dialogó con BigBang explicó cómo surgió este innovador modelo: "Comenzamos hace tres años, tras un giro inesperado por la pandemia que nos obligó a reinventarnos. Hoy producimos contenido pensado específicamente para las plataformas digitales, adaptándonos a las tendencias y a los consumos del público", comentó. La metodología es simple: se basa en métricas y análisis constante de las audiencias. Según Wiernes, el equipo creativo se reúne semanalmente para ajustar las tramas según las tendencias, las cuales suelen variar de un momento a otro, y las sugerencias de los usuarios.
En lugar de crear una historia y luego buscar una audiencia, invierten el proceso: primero analizan al público y luego diseñan personajes y guiones que conecten directamente con ellos. "Nosotros creamos el concepto, la imagen, creamos el 100% del creador y su contenido, y luego buscamos quién lo representa. O sea, fabricamos primero el modelo, y después buscamos quién pueda protagonizarlo. Es decir, confeccionamos la ropa y buscamos a quién le queda mejor después", le destacó Wiernes a este sitio y afirmó que hoy en día "cualquier persona se pasa más tiempo en las redes sociales que en la televisión".
Microficciones virales: una nueva forma de contar historias
Historias como Diego al Volante -un colectivero que enfrenta situaciones imprevistas mientras trabaja- y Sara la Detective -una heroína urbana que ayuda a personas en peligro- son ejemplos de esta narrativa digital. Estas microficciones no solo ofrecen entretenimiento, sino que también construyen comunidades alrededor de sus personajes. Por esta razón, Wiernes expresó: "Creamos personajes reales y cercanos, con los que las personas se identifican. Además, los comentarios de la audiencia nos permiten ajustar y enriquecer las historias en tiempo real. A través de métricas podemos determinar de dónde nos consumen".
De esta manera, advirtió que primero van armando las narrativas y las historias pensando en el público de cada país, ya sea de México, Argentina o Estados Unidos. El formato breve, al que el CEO denomina "contenido snack", es clave para captar la atención de un público acostumbrado a consumir contenidos rápidos y consecutivos. Según Wiernes, las microficciones ofrecen un consumo adictivo que mantiene a los espectadores enganchados. "El 90% del consumo y del contenido se hace a través de redes sociales y eso, lo que te permite es tener un feedback constante para ir mejorando y adaptando el material", explicó.
Retos y oportunidades
Si bien este modelo demostró por ahora ser exitoso, también presenta desafíos. Desde la formación de equipos especializados hasta la adaptación cultural en diferentes países de la región, el camino -remarcó el CEO- no fue sencillo. Wiernes enfatizó que crear un guion que funcione en solo un minuto y medio requiere un enfoque completamente distinto al de las ficciones tradicionales: "Estamos formando profesionales del futuro, porque no existe una carrera que enseñe cómo producir para redes sociales a gran escala". A pesar de estos retos, las oportunidades son inmensas. La agencia no solo planea seguir expandiéndose en plataformas digitales, sino que también está desarrollando nuevos proyectos, como libros, videojuegos y podcasts basados en sus personajes más populares.
Un impacto en la industria audiovisual
El éxito de las microficciones plantea un contraste con la crisis de la ficción tradicional en la región. Mientras los canales de televisión luchan por mantener audiencias, las producciones digitales demuestran que es posible crear contenido rentable y masivo fuera de los modelos convencionales. Sin embargo, para Wiernes, este nuevo formato no busca reemplazar la televisión, sino complementarla: "En Argentina, la producción de ficción está en crisis. Nuestro modelo ofrece una alternativa para seguir creando historias y generar empleo, aunque con una lógica completamente diferente a la de las producciones tradicionales".
Las microficciones no solo están redefiniendo el entretenimiento, sino también el papel de los creadores y las audiencias en la construcción de historias. En este nuevo escenario, las redes sociales no son solo un medio de difusión, sino un espacio interactivo donde las historias se construyen de manera colaborativa. Un reflejo de cómo la narrativa, adaptada a los tiempos modernos, sigue siendo un pilar esencial de la cultura latinoamericana. "En Argentina la producción de ficción está súper baja, está en crisis, no se produce nada. Y nuestro vuelo de negocio es una opción para seguir produciendo y que se produzca en el país", remarcó.
Según explicó, a diferencia de los formatos tradicionales, este parte del análisis de datos para estructurar tramas y personajes. El feedback inmediato permite ajustar las narrativas según las preferencias de la audiencia. YouTube es la principal fuente de ingresos gracias al volumen de vistas, mientras que TikTok e Instagram se utilizan principalmente para promoción y difusión.
Sobre el tantas veces mencionado "hate" en las redes sociales, Wiernes sostuvo que las críticas y comentarios negativos son vistos como una oportunidad para aumentar la interacción y mejorar la distribución de contenido en las plataformas. "Un hater o una persona que gasta tiempo comentando cosas negativas, es una persona que te ayuda a la interacción en la cuenta. Todas las interacciones suman para que el algoritmo diga que tu contenido está interesante", sentenció.