28 Junio de 2016 06:20

Corría 1841 y Miss T, la hija de un granjero de Massachusetts, era diagnosticada con ninfomanía. La chica tenía 29 años, y según los médicos que descubrieron el caso, "profería las más asquerosas obsenidades y movía el cuerpo de un modo que expresaba sus incontrolados sentimientos libidinosos".
¿Enfermedad, problema, o ninguna de los dos?
El diagnóstico de Miss T concluyó que la enfermedad estaba relacionada con sus genitales: tenía el útero agrandado, la vagina excesivamente húmeda, y el clítoris largo e inflamado.
¿Pensás demasiado en el sexo?
Si buscamos en el diccionario, el lenguaje nos dice, ninfomanía: trastorno psicológico del deseo sexual violento e insaciable en la mujer por tener relaciones sexuales. Ah, bué...
¿Adictas?
Pero estudios psiquiátricos contemporáneos determinaron que se trata de un sufrimiento vinculado al deseo sexual desenfrenado e insatisfecho.
Desde hace años se buscan explicaciones.
Van datos, para que te saques las dudas sobre la ninfomanía.
¿Sólo las mujeres sufren de ninfomanía?
Cuando un hombre presenta un trastorno parecido, se le llama “satiriasis”, aunque el término no es muy conocido. La mayoría de los estudios enfocados a la cantidad de sexo que debería tener una persona, se enfocan en la mujer.
Ya no se diagnostica
Actualmente estos trastornos no se diagnostican como ninfomanía o satiriasis, sino como hipersexualidad. Por eso los médicos ya no pueden llamar a una mujer ninfómana, y es mucho más probable que la traten si tiene poco deseo sexual.
¿Y los chicos?
Antes se “curaba”
En la antigüedad creían que la ninfomanía se podía “curar” con métodos drásticos como la extirpación del clítoris y los ovarios. También se aconsejaba a las mujeres bañarse con agua helada y dormir en exceso.
¿Qué lo provocaba?
En el siglo XIX se creía que comer chocolate y leer eran dos de las principales causas por las que una mujer podía convertirse en ninfómana. Para ellas, chau chocolate y libros, ¡¿qué?!
Guardianas de nuestro placer.
Se relaciona con la demencia
Estudios científicos encontraron una relación cercana entre la hipersexualidad y la demencia. Así mismo, investigan el vínculo entre la bipolaridad y la adicción al sexo.
Fan del sexo
Que una mujer disfrute mucho del sexo no la convierte en ninfómana (sólo eso no es hipersexualidad). Comienza a ser un problema cuando en cambio de tener sexo de forma funcional, se convierte en una obsesión que afecta las actividades diarias y el sueño.
Ser fan del sexo no es lo mismo que estar enferma.
Vos, ¿te reconocés en alguno de estos datos?